Hoy respondería: "Bueno.... hum. Todo, todo, todo... una ligera e inocente provocación...
Pero hace unos años, cuando me encontraste mirándote fijamente, preguntándome: "pero ¿por qué no puedo dejar de mirar? "pero ¿qué tiene?"; preguntándome si tú ibas a ser TÚ mi pronombre preferido o simplemente un "aquel" cualquiera , entonces me dejaste sin habla.
Y TÚ, mi pronombre preferido tan poco dado a los alardes, ahora lo sé, me respondiste con un: " Todo. Lo tengo todo" Adverbio de cantidad absoluta.
Y me dejaste sin habla.