Echada en el sofá toda la tarde.
Revolviéndome la ropa.
Revolviéndome la ropa.
Revolviéndome la cabeza.
He estado siguiéndote con la mirada en los vaivenes de esta tarde de otoño.
He estado siguiéndote con la mirada en los vaivenes de esta tarde de otoño.
Y tengo hambre.
... de tí.
... de tí.
Me apetece comerte.
Sí.
Eso es lo que me apetece ahora.
Eso es lo que me apetece ahora.
Un acto rápido y ... ansioso que no me dejaría, tal vez, satisfecha a la primera
Y tendría que repetir otra vez.
Y luego, quizás, aún querré otra cosa...
Quizás quiera un par de palabras...
O un café
o una vida entera!
Quizás quiera un par de palabras...
O un café
o una vida entera!
Y de repente... Un aperitivo...
ResponderEliminarVoy.
ResponderEliminarY repite todo lo que quieras.
eso es, hay que decidirse, la indecision mato de hambre al asno de buridan.
ResponderEliminarhola. Duda resuelta con decisión...
ResponderEliminarEl-la! Me ha entrado hambre a mi también!! y ganas de ser alimento! jajajaja
ResponderEliminarQue aproveche!! ;)
Un besazo hambriento!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY que nunca logréis saciaros el uno del otro.
ResponderEliminargula y pecado, todo en una misma habitación
ResponderEliminarnada como la rápida resolución de un dilema imprevisto.
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