Hay lugares y amantes que recordaré toda mi vida...
pero ninguno hay que se compare a tí.
Te recuerdo, amor.
El deseo no me abandona, me tortura, y me desgasta el cuerpo.
No sé que es peor si el dolor de la mente enamorada que no deja de pensar en tí o el dolor de este cuerpo ardiendo por el tuyo.
Nadie es capaz de ocupar tu lugar, no quedan hombres, no hay amantes.
El deseo no me abandona, me tortura, y me desgasta el cuerpo.
No sé que es peor si el dolor de la mente enamorada que no deja de pensar en tí o el dolor de este cuerpo ardiendo por el tuyo.
Nadie es capaz de ocupar tu lugar, no quedan hombres, no hay amantes.
Si por un momento me olvido de ti me golpea súbitamente el recuerdo de la pasión de las miradas, del roce de tus manos, de tu silueta en la puerta, del universo explotando a nuestro alrededor.
No te has ido, te has quedado aquí amarrado dentro de este cuerpo que no te puede echar fuera. ... ni aunque quiera.
Culpable tú, de esta pasión que no cesa, tú: con tu cuerpo de hombre, tu mente de hombre, tus bromas de hombre y esos preciosos labios llenos como los de una mujer.
No te has ido, te has quedado aquí amarrado dentro de este cuerpo que no te puede echar fuera. ... ni aunque quiera.
Culpable tú, de esta pasión que no cesa, tú: con tu cuerpo de hombre, tu mente de hombre, tus bromas de hombre y esos preciosos labios llenos como los de una mujer.
Es mío.
ResponderEliminarLos Beatles, los más grandes. Un saludo.
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