Pero erguimos los hombros
en un desafío de fingida indiferencia.
Invencibles solitarios
creyéndose dueños de sus pasiones
probamos a arrastrar la mirada
por el cuerpo del deseo.
Héroes originales
incapaces de dominar
ni la razón ni el corazón,
nos atamos los ojos
con un débil lazo invisible
Los héroes invencibles
convierten, a menudo,
débiles lazos invisibles
en oro de ley.
Es nuestro aniversario.
Todo vivo en este amor.