domingo, 6 de septiembre de 2015

El jarrón curioso.

Yo tenía un jarrón de Limoges, que en los vaivenes de una tarde de post- verano reventó de curiosidad. 
Le advertí que no se moviese, que era frágil. 

Pero el pobrecillo se acercó titubeando al borde de estantería a observar el terremoto que se desarrollaba en el sofá  y se vino a estrellar dulcemente a unos centímetros de mis gemidos...

Yo tenía un jarrón de Limoges que murió de amor y de deseo...



3 comentarios:

  1. Se sintió como un replicante de Blade Runner envidiando a los humanos...
    Y como en Blade Runner al final murió.

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  2. Y todo sus recuerdos se perderán como lagrimas en la lluvia!!!
    Mi película favorita casiiii!

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  3. Menos mal que se inventó el pegamento para algunas cosas.

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